Con el LG G2 el fabricante coreano arriesgó al introducir un diseño en el que los botones pasaban a la trasera. Dos generaciones después han demostrado que fue una buena idea con el lanzamiento del nuevo LG G4.
El LG G4 es la última apuesta del G, un terminal con el que pretenden estar entre los mejores de 2015.
Un diseño muy cuidado
Alejado del uso de materiales como el metal o el cristal, el nuevo G4 apuesta por un diseño muy exclusivo gracias al uso de una trasera de cuero, aunque eso sí, también podremos encontrar variantes que imitan al metal. Con una trasera intercambiable, tenemos una acabado en cuero de gran calidad que ofrece un tacto muy agradable, algo que se acrecienta gracias a la curvatura trasera. Claro que también esa curvatura afecta al uso cuando lo tenemos apoyado en una superficie plana.
Con decisiones de diseño acertadas, el peso y dimensiones generales de G4 mejoran y facilitan mucho la comodidad y experiencia de uso, sobre todo si tenemos en cuenta que ofrece una pantalla de 5,5”. Aunque tenga este tamaño y esté muy bien ajustado en altura y peso, no podremos manejarlo con una sola mano, pero los botones traseros permiten que determinadas acciones las llevemos a cabo con una sola mano.
Pasando al frontal nos encontramos con unos marcos reducidos en sus laterales aunque algo más anchos en el superior e inferior respecto a la generación anterior. Con un panel IPS de 5,5”, resolución 2K y tecnología Quatum 2, la calidad es realmente buena. El nivel de brillo es alto y la reproducción de color más intensa y vibrante que en modelos anteriores.
Respecto a los negros estos son muy profundos, y junto a una reducción de reflejos y ángulo de visión prácticamente completo, nos garantizan una gran experiencia multimedia. Y es que, incluso, la calidad de su altavoz acompaña.
Principales características
Pero visto a nivel externo la pregunta es qué nos ofrece en temas de rendimiento. LG no ha querido arriesgar y en este terminal el procesador usado es el Snapdragon 808 de Qualcom. Es una decisión que sustituye al 810 utilizado por otros terminales y que levantó algo de polémica. La decisión parece ser acertada pues no hay problemas notables por exceso de temperatura y el rendimiento sigue estando a la altura. Es cierto que si comparamos con otras soluciones hay diferencias, sobre todo en sintéticos, pero en el día a día resultaría muy complicado saber qué procesador usa cada terminal pues la experiencia es fluida y muy satisfactoria.
Podemos ejecutar cualquier tipo de aplicación, usar la multitarea, el nuevo modo de doble ventana y en definitiva todo lo que podríamos pedirle a un gama alta. Algo que era de esperar viendo su potente hoja de especificaciones que por supuesto, no penaliza en exceso la batería. La autonomía que ofrece el G4 está en lo que consideramos normal. Llegamos al día completo de uso aunque sea con sólo un 10 o 20% al final de la jornada.